Drácula de Bram Stoker de la mano de Coppola y Frankenstein por parte de Branagh trajeron de vuelta en los 90, y de manera muy honrosa a estas dos figuras míticas del terror. Era inevitable que otro de los indispensables del terror, como El Hombre Lobo regresara a nuestros tiempos modernos. Así como las obras de Coppola y Branagh fueron sobresalientes, tanto a nivel de homenaje, como remake y como adaptación literaria, El Hombre Lobo se queda en un mal intento. Pretendía demasiado, prometiendo que estaría a la altura del filme de 1941, y quizás esa misma pretensión sea la responsable de su fallido intento.

La trama comienza con Lawrence Talbot, que vuelve a su hogar después de toda una vida lejos de él, en busca de su hermano. Al llegar se encuentra con su padre (con el cual no tiene una buena relación) y le dice que su hermano ha muerto a manos de una extraña criatura. En su investigación sobre lo que le sucedió a su hermano, el protagonista es herido por la criatura, hecho que hace que le infecte con su maldición. No hace falta decir que esa maldición es la marca de la bestia, El Hombre Lobo.

Quien espere ver una película de terror, con sus escenas de acción y sangre por todos lados va a quedar un poco decepcionado. Solo hay dos escenas de ese tipo remarcables, una en la que el protagonista transformandose en lobo escapa de un manicomio en mitad de Londres, y la escena de lucha final (por motivos obvios no vamos a haceros spoiler). Estas dos escenas son realmente espectaculares, pero el resto de la película puede tener un ritmo demasiado pausado (que no lento), aún así todo con sus ajustados 98 minutos de metraje no se hace pesada ni larga.

Respecto a las actuaciones precisamente el papel protagonista, encarnado por Benicio del Toro, es lo peor de la película. No te acabas de creer su interpretación ni su personaje, mucho menos teniendo en cuenta que tiene que hacerse pasar por el hijo de Anthony Hopkins. Éste último ha estado en su buena linea como nos tiene acostumbrados, aunque tampoco es que su actuación brille especialmente. En la cinta también están un muy correcto Hugo Weaving en el papel del inspector de Scotland Yard, y la chica, una esforzada Emily Blunt que por mucho que lo intenta no es capaz de hacer creíble la historia de amor con el protagonista. Por ultimo, destacar una anecdótica Geraldine Chaplin como una "bruja" gitana.

En cuanto el apartado técnico hay una buena ambientación de la época, acompañado por una estupenda banda sonora de Danny Elfman, que incluso en algunos acordes recuerda a lo que ya hizo en su día Wojciech Kilar para Drácula de Bram Stoker. El trabajo de maquillaje en cuanto a los hombres lobo es notable, lo mismo que sus efectos digitales. En general se nota que han querido dotar a la criatura del espíritu y carisma de las películas clásicas de la Universal, y lo han conseguido. Incluso diría que mejorado, ya que la transformación a hombre lobo es genial.